Durante los días previos a la
carrera estaba inquieto e ilusionado por participar en mi primer 5.000 metros y
despertar algo de velocidad en las piernas. Mi rendimiento era una incógnita,
aunque el objetivo personal era estar en los 17 minutos.
Tras un buen calentamiento y
justo antes de la salida, nos cayó una tromba de agua -de apenas un par
minutos- que dejó el asfalto resbaladizo y que dificultaría aún más los giros
de 180º que debíamos dar en una recta de doble sentido, hasta completar tres
vueltas completas.
Tras el disparo inicial, la
marabunta salió disparada como el corcho de una botella de champán, y el primer
giro de 180º fue una auténtica odisea. Traté de controlar el ritmo en la
primera vuelta, no quería asfixiarme antes de tiempo, pero aumenté la cadencia
en la segunda y lo di todo en la tercera.
Segunda vuelta |
Crucé el arco de meta a puro sprint y
con arcadas, aunque la recuperación posterior fue muy rápida. Todo sucedió en
un plis plas. Fue una buena experiencia, creo que en la velocidad es muy
importante conocer tus límites, entrenar fuerte por debajo de tu ritmo umbral y
tener mucha capacidad de resistencia láctica.
Tercera vuelta |
Por desgracia yo también terminé
muy decepcionado con la organización de la carrera. Hay cosas que no me entran
en la cabeza:
Los doblados. Tras la primera vuelta la cabeza de carrera se
fundió con el grueso del pelotón y no se facilitó el paso de los corredores
rápidos, lo que convirtió su avance en una agónica carrera de obstáculos a tres
minutos pelados. Yo no estoy a ese nivel, pero casi paso por encima de tres
chicas en uno de los giros de 180º.
El circuito. Que alguien me explique cómo te puedes
equivocar al medir una recta para que sume 5.000 metros en tres vueltas. Pues
bien, tras consultar los relojes GPS (aplicando su margen de error) y las
marcas de los atletas (todas MMP con un promedio de unos 30 segundos),
dedujimos sin lugar a dudas que el circuito tenía unos 4.750 ó 4.800 metros. Lo
cual significa que mi debut en el 5K se quedó en agua de borrajas.
El cronometraje. En la prueba no se utilizó chips de control
de tiempos. La carrera sólo cuesta 5€, pero en ediciones pasadas sí se utilizó
el cronometraje mediante chip. En esta ocasión se hizo a mano, sí, han leído
bien, a mano, con papel y bolígrafo. Pero lo bueno viene ahora: volvió a caer
un chaparrón y se les empapó los folios con los apuntes de los llegados a meta…
De modo que ni siquiera sacaron listas con las clasificaciones y hubo
verdaderos desaguisados en la entrega de premios (alguna categoría se quedó
desierta por no tener ni idea de quiénes fueron los ganadores). Vaya tela.
Espero que los responsables
recapaciten y en la próxima edición alcancen un mínimo de calidad, porque una
carrera con esta longevidad y trayectoria no merece este trato.
Primera participación en esta
carrera con fama de perfil duro y condiciones climáticas adversas. En años
anteriores siempre había surgido alguna circunstancia que me impidió tomar la
salida, pero en esta edición estaba decidido a enfrentarme a la media maratón
en dos vueltas a un circuito de 10,5 Km.
Llegué a la localidad sureña de
Vecindario en compañía del gran -en todos los sentidos- Humberto Betancort, y
nada más bajar del auto pude saludar a la triatleta Patricia Díaz, a la postre
ganadora con su habitual autoridad de la prueba de 10,5K.
Destacar que la organización
dispuso dos carpas como vestuarios masculino y femenino, además del guardarropa
y unos baños químicos impolutos y con continuo mantenimiento de limpieza.
Realicé un buen calentamiento
junto a Aarón Sánchez, saludando a muchos corredores habituales del mundillo
runner local. Mi estrategia, en base a mi precario estado de forma, consistía
en mantener un ritmo crucero de 4:00 min/Km; si lo conseguía sería un fantástico
entrenamiento de calidad.
La salida fue más limpia de lo
que esperaba, pues estábamos mezclados los participantes del 5, 10,5 y 21K. Sin
embargo la cosa se despejó bastante cuando se desviaron los de la carrera
corta. Me pegué a la estela de un corredor con el pelo entrecano al que conocía
de vista y que llevaba una cadencia de 3:55 min/Km.
Primeros kilómetros |
Al poco comenzó una larga
cuesta con viento en contra, un falso llano, otra subida y una vertiginosa
bajada. Yo seguía pegado a mi compañero porque no quería quedarme solo, pero ya
sabía que ese ritmo me iba a pasar factura en la segunda vuelta.
Mitad de carrera |
Al pasar por el ecuador de la
carrera dimos alcance al fenómeno Víctor Rodríguez, y decidí quedarme con él
para aguantar mejor el resto de la carrera.
Junto al gran Víctor Rodríguez |
Y justo en el kilómetro 13, cuando
enfilábamos otra vez la ventosa cuestarraca y ya comenzaba a apretar los
dientes, mi rodilla izquierda me traicionó de forma ruin y miserable. Unos
fuertes latigazos provenientes de la cintilla isquiotibial, me obligó a bajar
el ritmo y a cojear ostensiblemente. De repente me vino a la mente lo que me sucedió
en el kilómetro 35 de la
Maratón de Málaga: exactamente la misma dolencia pero en la
pierna derecha. En aquella ocasión recorrí tres kilómetros con lágrimas en los
ojos por el dolor, estuve a punto de detenerme cuando de improviso, en el sube
y baja de un túnel, las intensas punzadas desaparecieron por completo.
Sin embargo esta vez no quise
correr el riesgo de lesionarme. Por primera vez en más de cincuenta carreras me
paré en seco y abandoné. Tuve una sensación bastante extraña: por un lado me
invadió el alivio de erradicar el dolor de la rodilla y recuperar el resuello;
pero el sentimiento de íntima decepción e impotencia fue tan grande que me
humedeció los ojos. No había vuelta atrás, había abandonado mi primera carrera
y me dirigí cabizbajo hacia la meta. Animé a todos los corredores que me fui
cruzando y más tarde disfruté de la entretenida entrega de premios.
No tengo dudas que el próximo año volveré a esta media maratón, está
organizada con mucho cariño y la relación calidad precio es excelente.
Anímicamente me recuperé pronto y en los siguientes días entrené con cuidado y
sin rastro de lesión, por lo que creo que mi retirada fue toda una victoria
para mí. A veces la cabeza debe imponerse al corazón.
Grande Jose!! Decidirse a abandonar en cualquier carrera no es nada fácil, pero fue lo mejor que podías hacer. Lo del Corte Inglés fue increíble, una 30ª edición con un nivel tan malo da mucho que pensar...
ResponderEliminarFelices Navidades y un fuerte abrazo!!
Muchas gracias Claudio! La verdad es que si hubiera sido la Maratón habría aguantado como ya hice en Málaga, pero encontrarme en plena preparación decidí no arriesgar; pero la verdad es que cuesta trabajo retirarte jeje.
EliminarUn abrazo y felices fiestas para ti también!
Muy bien hecho! hay que escuchar al cuerpo. Una retirada a tiempo es una victoria en el futuro. Happy new year
ResponderEliminarHola Sergio! Joer, y tanto que hay que escuchar al cuerpo, últimamente me está dando mucha guerra, creo que no hay músculo ni tendón que no me haya dado guerra este principio de temporada! Felices fiestas y espero verte el año que viene!
EliminarHola José!
ResponderEliminarQue casualidad,estas dos carreras tienen mucho en comun con mis dos ultimas!
Respecto a la primera,no se puede organizar un 5000 en un circuito a 3 vueltas con tantos atletas....si establecieran 2-3 carreras por niveles seguro que les daba para establecer una clasificación con papel y lapiz ;)
En la media maraton que mala suerte!es mas dificil retirarse de una carrera que acabarla y no dudes que tomaste la mejor decisión...aunque nuestro lado competitivo este decepcionado,somos asi de cabezones!jejeje
Un abrazo y felices fiestas!!
Hola Carlos! Acaba de escribirte para comentar tus carreras y me encuentro tu comentario jajaja. Bueno, parece que mi principio de temporada está plagada de minas y las voy pisando todas! Pero bueno, espero estar bien para el Maratón que estoy preparando... Que ya lo desvelaré próximamente en una entrada jeje.
EliminarOtro abrazo para ti y Feliz entrada de año!
Una putada lo de Vecindario aunque afortunadamente quedó en un susto... Sobre la Carrera del Corte Inglés creo tiene lo peor de las carreras d hace 20 años y lo peor del boom del running... Hasta hace poco era gratis pero a los doblados los eliminaban, y creo q esa tampoco es una solución..... Lo lógico es q ahora siendo de pago y con un patrocinador tan potente fuera a 1 sola vuelta y en unas condiciones del 2015...con chip y modernidades varias
ResponderEliminarUn abrazo!
Pues sí, tienes razón, una carrera sencilla no significa hacer una chapuza. Con la burbuja del running y toda su parafernalia, en las carreras se difuminan las diferencias entre los élite, los que entrenan para superarse y los que salen a pasear. En mi opinión son mentalidades distintas, y no se trata de discriminar a nadie, pero los organizadores tienen que cuidar cosas como los doblados, porque es una falta de respeto al esfuerzo de los atletas. En fin, ya seguiremos filosofando en próximas entradas jeje. Un saludo campeón!
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