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miércoles, 20 de abril de 2016

26ª MEDIA MARATÓN CIUDAD DE MÁLAGA. Murphy corrió a mi lado.

Nuevo recorrido debido a las obras del Metro

1. ANTECEDENTES
Tras conquistar el 21 de febrero uno de los objetivos de la temporada (bajar de 3 horas en el Zurich Maratón Sevilla), me presentaba el 10 de abril en el Medio Maratón Ciudad de Málaga con la intención de luchar por el segundo objetivo de la planificación: correr los 21,097 kilómetros por debajo de 80'.
Las sensaciones antes de la carrera eran bastante contradictorias: había alternado tiradas largas rápidas con auténticas petadas en los días de series. También era consciente de que no había realizado la mejor preparación posible, pues estuve KO de la garganta las dos semanas siguientes de la Maratón y necesité tiempo para recuperar el tono físico. No obstante estaba encorajinado y con la intención de arriesgar en busca de mi ansiada MMP.

La salida. Me encontraba varias filas más atrás de los globos. Foto de El loco que corre


2. LA PRIMERA EN LA FRENTE
Colocarse bien la línea de salida es mucho más importante de lo que gente piensa. Cuando corres 21 kilómetros al límite de tus posibilidades, no puedes empezar la carrera dando acelerones, haciendo requiebros para adelantar y yendo de un lado a otro de la calzada buscando huecos. Todo este esfuerzo inútil se paga al final. Y sí, mis tres primeros kilómetros se desarrollaron exactamente de esta guisa. A los mil metros del pistoletazo de salida ya supe que mi carrera se había ido al garete.

Km. 2 y buscando huecos. Foto de Álvaro Cabrera



3. A VELOCIDAD DE CRUCERO
Tuve que hacer un reseteo mental en toda regla, no quería hacerme mala sangre ni que el cabreo se apoderara de mí, de modo que recordé que estaba allí para disfrutar de la carrera y en el Km. 3 pude alcanzar el ritmo previsto (3:50 min/Km).
Me enganché a un chico del club Cueva de Nerja-UMA que mantenía mi velocidad y fuimos avanzando juntos.
El paso por el Km. 10 se fue a 39', lejos de lo que habría deseado, pero aún así no iba cómodo. El día se puso bastante caluroso y también apareció un viento de cara que molestaba mucho. Sin dudar no era el día.
Seguían avanzando los kilómetros y yo ya iba de forma descarada a rueda de mi compañero de fatigas, que continuaba su marcha como un reloj. No pude darle ni un relevo.
El recorrido tenía más repechos de lo que pensaba, pero a su vez había más público presente que otros años y se callejeaba más por la ciudad.

La carrera por la calle Alcazabilla. Foto de Francis Silva


4. SI ALGO PUEDE SALIR MAL, SALDRÁ MAL (LEY DE MURPHY)
En el kilómetro 17 me dio un flato tremendo. De esos que no te dejan coger aire y parece que te asfixias. Y entonces comprendí que hasta ahí había llegado. No me detuve, pero me dejé llevar sin agobios, casi por la inercia, y mi ritmo se resintió hasta los 4:20 min/Km.
Pensé que me iba a adelantar hasta el apuntador, pero para mi sorpresa sólo me sobrepasaron cuatro corredores. En el Km. 19 recuperé la respiración y volví al ritmo de crucero, incluso adelanté a la mitad que me habían adelantado, y entré en meta sprintando y con buenas sensaciones. Eso sí, con un tiempo de 1:23:16, muy lejos del 1:20:28 del año pasado.

Fotograma de Corriendovoy.com


5. CONCLUSIONES
Cada vez tengo más claro lo difícil que es batir una MMP cuando te aproximas a tus límites. Hay que realizar una preparación con el tiempo suficiente y la planificación correcta para llegar en pico de forma. Y después hay que contar con un circuito rápido, unas buenas condiciones clímáticas y que te respeten las circunstancias de la carrera. O sea, que tienes que tener a Murphy lo más alejado posible de ti. La madre que lo parió.