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domingo, 27 de diciembre de 2015

XXX CARRERA POPULAR EL CORTE INGLÉS Y IX MEDIA MARATÓN MEMORIAL ALCALDE CAMILO SÁNCHEZ


En opinión de un fantástico corredor veterano que jamás se cansa de subir al podium, la XXX Carrera Popular El Corte Inglés de Las Palmas de Gran Canaira supuso la peor edición en muchos años de esta vetusta y consolidada prueba de atletismo.

Durante los días previos a la carrera estaba inquieto e ilusionado por participar en mi primer 5.000 metros y despertar algo de velocidad en las piernas. Mi rendimiento era una incógnita, aunque el objetivo personal era estar en los 17 minutos.
Tras un buen calentamiento y justo antes de la salida, nos cayó una tromba de agua -de apenas un par minutos- que dejó el asfalto resbaladizo y que dificultaría aún más los giros de 180º que debíamos dar en una recta de doble sentido, hasta completar tres vueltas completas.
Tras el disparo inicial, la marabunta salió disparada como el corcho de una botella de champán, y el primer giro de 180º fue una auténtica odisea. Traté de controlar el ritmo en la primera vuelta, no quería asfixiarme antes de tiempo, pero aumenté la cadencia en la segunda y lo di todo en la tercera.

Segunda vuelta

Crucé el arco de meta a puro sprint y con arcadas, aunque la recuperación posterior fue muy rápida. Todo sucedió en un plis plas. Fue una buena experiencia, creo que en la velocidad es muy importante conocer tus límites, entrenar fuerte por debajo de tu ritmo umbral y tener mucha capacidad de resistencia láctica.

Tercera vuelta

Por desgracia yo también terminé muy decepcionado con la organización de la carrera. Hay cosas que no me entran en la cabeza:

Los doblados. Tras la primera vuelta la cabeza de carrera se fundió con el grueso del pelotón y no se facilitó el paso de los corredores rápidos, lo que convirtió su avance en una agónica carrera de obstáculos a tres minutos pelados. Yo no estoy a ese nivel, pero casi paso por encima de tres chicas en uno de los giros de 180º.

El circuito. Que alguien me explique cómo te puedes equivocar al medir una recta para que sume 5.000 metros en tres vueltas. Pues bien, tras consultar los relojes GPS (aplicando su margen de error) y las marcas de los atletas (todas MMP con un promedio de unos 30 segundos), dedujimos sin lugar a dudas que el circuito tenía unos 4.750 ó 4.800 metros. Lo cual significa que mi debut en el 5K se quedó en agua de borrajas.

El cronometraje. En la prueba no se utilizó chips de control de tiempos. La carrera sólo cuesta 5€, pero en ediciones pasadas sí se utilizó el cronometraje mediante chip. En esta ocasión se hizo a mano, sí, han leído bien, a mano, con papel y bolígrafo. Pero lo bueno viene ahora: volvió a caer un chaparrón y se les empapó los folios con los apuntes de los llegados a meta… De modo que ni siquiera sacaron listas con las clasificaciones y hubo verdaderos desaguisados en la entrega de premios (alguna categoría se quedó desierta por no tener ni idea de quiénes fueron los ganadores). Vaya tela.

Espero que los responsables recapaciten y en la próxima edición alcancen un mínimo de calidad, porque una carrera con esta longevidad y trayectoria no merece este trato.






Primera participación en esta carrera con fama de perfil duro y condiciones climáticas adversas. En años anteriores siempre había surgido alguna circunstancia que me impidió tomar la salida, pero en esta edición estaba decidido a enfrentarme a la media maratón en dos vueltas a un circuito de 10,5 Km.


Llegué a la localidad sureña de Vecindario en compañía del gran -en todos los sentidos- Humberto Betancort, y nada más bajar del auto pude saludar a la triatleta Patricia Díaz, a la postre ganadora con su habitual autoridad de la prueba de 10,5K.

Destacar que la organización dispuso dos carpas como vestuarios masculino y femenino, además del guardarropa y unos baños químicos impolutos y con continuo mantenimiento de limpieza.
Realicé un buen calentamiento junto a Aarón Sánchez, saludando a muchos corredores habituales del mundillo runner local. Mi estrategia, en base a mi precario estado de forma, consistía en mantener un ritmo crucero de 4:00 min/Km; si lo conseguía sería un fantástico entrenamiento de calidad.


La salida fue más limpia de lo que esperaba, pues estábamos mezclados los participantes del 5, 10,5 y 21K. Sin embargo la cosa se despejó bastante cuando se desviaron los de la carrera corta. Me pegué a la estela de un corredor con el pelo entrecano al que conocía de vista y que llevaba una cadencia de 3:55 min/Km.

Primeros kilómetros
Al poco comenzó una larga cuesta con viento en contra, un falso llano, otra subida y una vertiginosa bajada. Yo seguía pegado a mi compañero porque no quería quedarme solo, pero ya sabía que ese ritmo me iba a pasar factura en la segunda vuelta.

Mitad de carrera

Al pasar por el ecuador de la carrera dimos alcance al fenómeno Víctor Rodríguez, y decidí quedarme con él para aguantar mejor el resto de la carrera.

Junto al gran Víctor Rodríguez

Y justo en el kilómetro 13, cuando enfilábamos otra vez la ventosa cuestarraca y ya comenzaba a apretar los dientes, mi rodilla izquierda me traicionó de forma ruin y miserable. Unos fuertes latigazos provenientes de la cintilla isquiotibial, me obligó a bajar el ritmo y a cojear ostensiblemente. De repente me vino a la mente lo que me sucedió en el kilómetro 35 de la Maratón de Málaga: exactamente la misma dolencia pero en la pierna derecha. En aquella ocasión recorrí tres kilómetros con lágrimas en los ojos por el dolor, estuve a punto de detenerme cuando de improviso, en el sube y baja de un túnel, las intensas punzadas desaparecieron por completo.
Sin embargo esta vez no quise correr el riesgo de lesionarme. Por primera vez en más de cincuenta carreras me paré en seco y abandoné. Tuve una sensación bastante extraña: por un lado me invadió el alivio de erradicar el dolor de la rodilla y recuperar el resuello; pero el sentimiento de íntima decepción e impotencia fue tan grande que me humedeció los ojos. No había vuelta atrás, había abandonado mi primera carrera y me dirigí cabizbajo hacia la meta. Animé a todos los corredores que me fui cruzando y más tarde disfruté de la entretenida entrega de premios.
No tengo dudas que el próximo año volveré a esta media maratón, está organizada con mucho cariño y la relación calidad precio es excelente. Anímicamente me recuperé pronto y en los siguientes días entrené con cuidado y sin rastro de lesión, por lo que creo que mi retirada fue toda una victoria para mí. A veces la cabeza debe imponerse al corazón.











domingo, 15 de noviembre de 2015

CRÓNICA DE LA III LPA NIGHT RUN 2015 (II). Un paso atrás.




El antiguo Estadio Insular, el nuevo centro neurálgico de la carrera. Foto de TotalHotelExperience

No es sencillo escribir sobre algo que te inspire sentimientos contradictorios, más aún cuando tú mismo formas parte de ellos. La LPA Night Run es una de mis carreras favoritas porque es algo más que una carrera, tanto por su organización, el ambiente festivo y el recorrido nocturno por las calles de Las Palmas de Gran Canaria. Pero hay que reconocer que en su tercera edición ha dado un paso atrás. Y en ese paso atrás incluyo mi mala actuación como liebre de 1:30 horas en media maratón.

Comienza la galopada. Foto de TotalHotelExperience
Aarón Sánchez y yo fuimos al cajón de salida con el tiempo justo, pensando que al formar parte de la organización como liebres oficiales no tendríamos problemas para acceder. Pero nada más lejos de la realidad. Yo entré a mitad de la marabunta y Aarón saltó la valla de seguridad. Tuve que avanzar con cuidado entre miradas asesinas, hasta ponerme a la altura de mi compañero, lo cual me estresó bastante y tuvo como consecuencia que mi reloj Garmin no consiguiera señal al darse la salida de la prueba.

El paseo de las Canteras. Foto de TotalHotelExperience

Los primeros kilómetros fueron un auténtico agobio para mí. Salimos juntos los participantes del 10K y del 21K, no estoy acostumbrado a correr con tanta masificación, aunque la tensión me la provocaba aquellos runners inexpertos que se cruzaban sin previo aviso en plena recta y los que te cerraban el paso en las curvas.

El camino un poco más despejado. Foto de César de Francisco
Por fin, en el Km. 9 aproximadamente, la carrera se bifurcó: los participantes del 10.000 enfilaron el camino a meta y los de media maratón continuamos en solitario. A partir de aquí comencé a disfrutar de verdad la carrera.
Ambas liebres marcábamos un ritmo vivo y controlado. Teníamos memorizados los tiempos de paso cada cinco kilómetros, pero en toda la carrera fui incapaz de ver la señalización de los puntos kilométricos (me aseguran que algunos estaban colgados en las farolas).

Calle León y Castillo

En el kilómetro 13 Aarón me pasa la mochila con la bandera de 1:30 y nos dirigimos hacia el barrio de Vegueta, donde se encuentra la zona más dura del recorrido: varias cuestas, giros y zonas de empedrado pondrán a prueba la resistencia de nuestras piernas.
Tras sobrepasar con solvencia la ratonera de Vegueta, nuestro grupo comienza a perder unidades. Alcanzamos la calle Triana y la calle León y Castillo, todo recto y con buen asfalto para volar en los últimos kilómetros. Mi reloj Garmin cogió señal un cuarto de hora después de la salida, pero me daba los parciales de cada kilómetro: 4:09 - 4:12 - 4:10. Le comento a Aarón que vamos más rápido de lo debido, pero su Garmin asegura que el ritmo medio es de 4:15, que, sumado a la pérdida que tienen en carrera, nos daría una marca de 1:29:30 aproximadamente.

Una de las mejores fotos de siempre en la calle Mayor de Triana
Vamos recogiendo corredores y algunos se unen a nosotros. Quedan una tercera parte de los que nos seguían. Noto el cansancio y la respiración un poco agitada, pero no tiene absolutamente nada que ver con el sufrimiento y la agonía de llevar un ritmo de competición.
A falta de un kilómetro y medio, animamos a nuestros acompañantes para que echen el resto y logren una buena marca. Sin duda realizaron una gran carrera, y seguro que en la próxima media maratón lograrán rebajar su tiempo.
Encaramos la recta de meta y comprobamos sorprendidos que el crono marcaba 1:28:30. Menuda decepción. ¡Nos habíamos adelantado un minuto de nuestro tiempo objetivo!

Tras entrar en meta saludamos a Ángel Arencibia, que realizaba una estupenda labor como speaker

Nunca había terminado tan fresco una media maratón, pero a su vez tenía un fuerte sentimiento de culpa: seguramente habríamos reventado a algún corredor por ir más rápido de lo debido. Mis más sinceras disculpas, hicimos lo que pudimos.
Lo malo de ser perfeccionista es que tus fallos duelen el doble y no dejas de fustigarte con ellos. Con un afán un poco masoquista me puse a revisar los vídeos de llegada de la carrera, y me quedé un poco más tranquilo al comprobar que muchos componentes del grupo que se quedaron atrás, entraron finalmente antes de la hora treinta. Poco después me llegó este tweet de Francisco Rodríguez, un chico al que no conozco y al que espero volver a saludar en otra carrera. MUCHAS GRACIAS!!!


A continuación me gustaría dejar claro que en este blog de running siempre describo mi experiencia personal; a veces expreso mis opiniones, pero normalmente no hago valoraciones más profundas porque me requerirían más tiempo del que dispongo, de modo que voy a intentar explicar, de la forma más objetiva posible, mi experiencia en el final de carrera más desastroso que he vivido como corredor.


Tras llegar a meta caminamos unos metros, y al intentar entrar al estadio tropezamos con un gigantesco tapón de gente. No me lo podía creer. Tras unos minutos comprobamos que aquello avanzaba con una lentitud exasperante, por lo que optamos por ir directamente al guardarropa para no enfriarnos. En más de cincuenta carreras era la primera vez que no tomaba avituallamiento en meta.
Cuando llegamos al guardarropa nos topamos con algo inconcebible: la cola para recoger las mochilas salía del parque y se perdía de vista. Aquello era el no va más del despropósito. Me da pudor admitirlo, pero al participar como liebres oficiales entramos por un anexo y recogimos las bolsas sin guardar turno. Espero que nadie nos guarde rencor.
Desconozco qué provocó aquel caos, pero muchos aseguraron que tardaron hora y media en recoger sus cosas. Aquí tenéis un vídeo realizado por Claudio Matos (Delirio x el DEPORTE) donde plasma en imágenes lo acontecido:


Gracias a Dios que hizo una noche cálida y no llovió, pero aún así estoy convencido que se produjeron muchos enfriamientos. Si llego a competir por marca en la media maratón y hubiera tenido que hacer cola, habría enfermado con un 100% de certeza. Esto no puede suceder en una carrera con miles de participantes.

El próximo año volveré a participar en la LPA Night Run, porque a mi parecer todavía conserva el crédito ganado en ediciones anteriores. Me consta que se trabaja duro para que este evento siga creciendo, hay muchos alicientes que la distinguen de otras carreras con mucho más presupuesto, pero este año -tal vez por el cambio de fechas y la nueva ubicación- faltó infraestructura en el final de carrera.
Desde luego jamás me apuntaría a una carrera, ni aunque se tratara del Maratón de New York, que me obligara a esperar hora y media para recoger mis cosas. Pero el próximo año le daré un nuevo voto de confianza y volveré a participar en la LPA Night Run, y eso ya es mucho decir después de lo sucedido.





sábado, 31 de octubre de 2015

CRÓNICA DE LA III LPA NIGHTRUN 2015 (I). El Ave Fénix.




I. PREFACIO.
¡Por fin llegaba la celebración de la III LPA NightRun! Sin duda una carrera marcada en rojo en el calendario de muchos runner y todo un acontecimiento en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
Hay que reconocer que tras publicar la entrada ¿La mejor mediamaratón del archipiélago canario? LPA NightRun 2015, una carrera de película, la organización hizo realidad casi todo el decálogo de sugerencias, e incluso aportó nuevas iniciativas que aumentaban el atractivo de la prueba. ¡Enhorabuena por el fantástico trabajo realizado!
A nivel personal estaba inquieto e ilusionado por mi participación como liebre oficial de 1:30 horas en media maratón. Dado que llevaba casi mes y medio de retraso en la preparación, mi estado de forma aún se encontraba en los cimientos, y el gran Aarón Sánchez (coordinador de las liebres de la LPA NightRun) me convenció para acompañarle como pacemaker de 90 minutos. Seguro que sería una gran experiencia.


 
II. LA IRA DE LOS DIOSES.
Una tormenta en las proximidades del archipiélago canario se convirtió en una fuerte borrasca de comportamiento impredecible. Gran Canaria fue la isla más castigada. Las intensas lluvias -las más fuertes de los últimos 27 años- provocaron inundaciones, cortes de carreteras, deslizamientos de tierra… Las intervenciones de los bomberos fueron incontables y se declaró la alerta naranja, la previa a la alerta roja.

Imágenes de La Provincia y Canarias7

III. EPITAFIO.
La LPA NightRun se disputaba el día 24 de octubre a las 20:30 horas, pero la misma mañana de la carrera comenzaron a cancelar varios actos públicos, pues aún continuaba la alerta naranja por el temporal. Nos cruzamos cientos de whatsups haciendo cábalas y buscando información acerca de la celebración o suspensión de la carrera, hasta que a las 13:30 horas se hizo oficial la decisión definitiva.



Totalmente lógico. El nivel de alerta se mantenía y la seguridad siempre es lo primero. Todo mi apoyo a las personas que trabajaron duro para sacar adelante el evento. Una verdadera pena, otra vez será.
No obstante, y viendo que no llovía, nos reunimos varios compañeros y nos fuimos por la tarde al parque Romano a entrenar (que por cierto estaba hasta los topes, incluyendo a dos excepcionales atletas olímpicos como José Carlos Hernández y Rubén Palomeque). Allí nos desquitamos haciendo un 2x5000 a 3:55… Y puedo asegurar que eché el hígado por la boca, creo que sufrí más que la media maratón que no corrí. Y no sólo eso, para terminar de quitarnos la tristeza de la cancelación, al día siguiente realizamos una tirada larga de 90’ que nos dejó tiesos jeje.
Supongo que no hará falta que aclare que tras prorrogar el nivel de alerta ya apenas llovió. Esto es así.


IV. EL AVE FÉNIX.
El domingo por la mañana, tras concluir la tirada larga y aún vestido de corto, la dependienta donde suelo comprar el pan me dijo: ¿Te quedaste sin carrera, verdad? ¿Y ahora cuándo se hace? Yo le respondí totalmente convencido que hasta el próximo año no se repetía. Pues bien, a la mañana siguiente nos despertamos con este comunicado:


No me lo podía creer. La noticia fue un auténtico bombazo y nos ilusionó a muchos en la capital grancanaria. Es una pena que no puedan venir la mayoría de los participantes de otras islas, incluso algunos venidos de la península, pero la organización asegura que tendrán descuento en la próxima edición. Un buen detalle.
En fin, de nuevo ilusionado por mi debut como liebre, espero no meter mucho la pezuña e intentaré ayudar a todo el que quiera bajar de 1:30 en media maratón.

Por favor, si vuelve a llover que lo haga flojito, ¡que viva el chirimiri!





domingo, 4 de octubre de 2015

AQUILES, EL ÚNICO HÉROE GRIEGO CON EL QUE NO COMPARTIRÍA ENTRENAMIENTOS. Recuento de daños.



Ha sido un verano fantástico en todos los sentidos… Menos en lo que concierne al running. Aunque en principio no quise admitirlo, mi temporada 2014/2015 finalizó el 17/05/2015 en los 10K de la Carrera Fundación Puertos de Las Palmas. Era mi sexto fin de semana consecutivo compitiendo en pruebas cortas y ya arrastraba serias molestias en los Aquiles, el pubis y ambos psoas. Finalmente la primera semana de junio los tendones de Aquiles dijeron basta y se me inflamaron un poco. Fue una gran decepción no participar en la Cursa Bombers de Barcelona, pero haberlo hecho habría supuesto regresar cojo a las islas. Sin embargo sí competí en el Triatlón Olímpico por Relevos de Las Palmas de Gran Canaria el 05/07/2015. No quise dejar tirados a mis compañeros -la nadadora Saray Afonso y el triatleta Sixto Henríquez- y corrí fuera de forma y los Aquiles doloridos. Sólo puedo decir que terminé más destrozado que en mi única maratón y las medias maratones que he corrido en los últimos años. ¡Menudo sufrimiento! No hay nada peor que un 10.000 a muerte fuera de forma. Eso sí, el tercer puesto del cajón que logramos me supo a auténtica victoria.


El grueso de julio lo pasé prácticamente sin correr y recuperando con mimo los tendones. A finales de mes ya corría suave 45 minutos sin problemas, pero mi viaje de vacaciones a Niza y las horas de caminata por la ciudad provocaron una seria recaída.
Saltaron todas las alarmas en mi cabeza, porque los Aquiles es algo muy serio para un corredor. Había que recuperarse correctamente o podría tirar a la basura toda la temporada. De modo que -muy a mi pesar- tuve que rehacer por completo mi calendario: dije adiós a mi ansiada Maratón de otoño y la cambié por otra cita con Filípides en invierno.


La primera y segunda semana de agosto simplemente salí a pasear y a tumbarme en la playa (esto sí que es entrenar duro jeje). La tercera comencé a fortalecer las piernas en el gym, junto a sesiones de bici estática. En la cuarta más musculación y largas sesiones de elíptica. Y por fin, a principios de septiembre, las primeras carreras suaves de 20 minutos en la cinta (tapiz rodante).
Tras realizar un par de tiradas de una hora por la avenida marítima, con extremo cansancio pero fortaleciendo los Aquiles, el 12/09/2015 me coloqué el primer dorsal de la temporada en la Carrera de Teror. Salida con noche cerrada a las 7 am para afrontar un hermosísimo recorrido ascendente de casi 13 Km. Fue emocionante reencontrarme con muchos compañeros, con los que pude disfrutar trotando en grupo y bromeando sobre nuestros achaques mientras el amanecer comenzaba a iluminar nuestras zancadas. Fue un buen entreno, donde me exigí en los últimos kilómetros y comprobé que aún me queda mucho para coger la forma.

 
La buena noticia es que logré recuperar los Aquiles. Ni dolor ni molestias en los tendones durante los entrenamientos. Pero sigo corriendo como Robocop. Ahora mismo los psoas son como un limitador de velocidad, se quejan cuando fuerzo el ritmo. La rodilla derecha también la tengo un poco lastimada. Intento amortizar al máximo el descanso con hielo, manta eléctrica y sesiones de electroestimulación. Los entrenos con  cuestas y las series rápidas van saliendo con más pena que gloria, pero la idea es ir cogiendo la forma para la Maratón de invierno. Tras una maravillosa estancia de una semana en París, donde salí a trotar por las mañanas y caminé auténticas barbaridades, creo que las buenas sensaciones van volviendo poco a poco. Si quiero recuperar mi mejor forma, la paciencia y la mente fría deben ser mis mejores consejeros. Eso sí, al héroe Aquiles no lo quiero ver ni en pintura. Qué jodío.

El maravillos y espectacular parque Des Buttes Chaumont, donde salia a trotar por las mañanas en mi estancia en París




martes, 14 de julio de 2015

¿LA MEJOR MEDIA MARATÓN DE ASFALTO DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO? LPA NightRun 2015, una carrera de película.



Muchos corredores tienen marcado en rojo el próximo 24 de octubre de 2015, fecha en la que se disputará la tercera edición de la LPA NightRun, en las modalidades de 10K y media maratón. Como aviso a navegantes hay que advertir que tiene el listón muy alto, pues las dos ediciones anteriores consiguieron afianzarla con buena nota en el calendario de carreras de Gran Canaria. Si has participado en alguna de las dos ediciones anteriores, supongo que ya tendrás una idea más o menos clara de las peculiaridades y características de este evento nocturno; pero si no es así, mi consejo es que curiosees en alguna de las estupendas crónicas de blogueros que participaron en ella el pasado 2014:

Sosaku Runner (Gonzalo Quintana)
Corriendo tan Pancho (Pancho Quevedo)
Hablando de correr (Aarón Sánchez)
Kilómetros contra el viento (Antonio Navas)
Trail Running Experience (Ángel Arencibia)

La carrera está organizada por la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la empresa DG Eventos. Se quiere alcanzar el número de 5.500 inscripciones, divididas en 3.500 plazas para el 10K y 2.000 para la media maratón.
En esta edición se quiere potenciar la participación en el 21K, tanto de populares que se estrenen en la distancia como la de corredores que pertenezcan a clubes de atletismo. La prueba se va a dotar de muchos alicientes para afrontar el desafío de terminar los veintiún mil noventa y siete metros, pues se trata de una categoría que demanda mucho esfuerzo y sacrificio, tanto a nivel de participantes como de organización.


La voluntad de seguir creciendo como carrera y mejorar la oferta lúdica y competitiva de la LPA NightRun 2015, se plasmó en una reunión técnica en la sede de DG Eventos, bajo la hospitalidad de Daniel González Poch, su máximo responsable.
Los ganadores de la media maratón del año pasado en ambas categorías, Patricia Díaz y Fran Galindo, David Rodríguez (presidente del club de atletismo UAVA) y los blogueros Aarón Sánchez, Claudio Matos y un servidor, mantuvimos un intenso debate parlamentario -eso sí, con exquisitos modales y trato cordial- durante un par de horas acerca de la carrera, donde tratamos de lanzar ideas y pulir errores, intercambiar impresiones pasadas y deseos futuros; con el fin de optimizar el presupuesto y orientarlo a las necesidades de los corredores, del primero al último que tomen la salida el 24 de octubre.


De todo lo que hablamos en aquel conciábulo de correcaminos, queremos ofrecer en esta entrada, tras una revisión final por parte de Aarón Sánchez y el club TRIAC, el siguiente decálogo de sugerencias para la carrera:

I. REALIZAR LA SALIDA POR OLEADAS. Es evidente que no hay espacio físico para 5.500 corredores en el pasillo del Intercambiador de Santa Catalina, y ésta sería una buena opción para solucionarlo. Aunque también es cierto que requiere una organización minuciosa y un buen control de acceso a los cajones.


II. HOMOLOGACIÓN DEL CIRCUITO DE 21, 097 KM. El recorrido de la media maratón es muy rápido (Patricia Díaz y Fran Galindo lograron sus marcas personales en esta prueba) y homologar la distancia atraería a muchos corredores -tanto populares como federados- con la intención de romper sus cronos personales.


III. PRESENCIA DE LIEBRES (PACEMAKERS EN YANQUI). Una prueba que cuente con esta figura gana mucho prestigio entre los corredores. Una liebre que mantenga un ritmo estable y cumpla con su objetivo de tiempo, puede ser una valiosísima ayuda para lograr una marca para la que se ha entenado duro.

IV. SEÑALIZACIÓN DE LOS PUNTOS KILOMÉTRICOS. Esta sugerencia es tan sencilla de llevar a cabo como importante para los corredores. Ni todo el mundo lleva relojes GPS, ni tampoco son una referencia exacta para marcar con exactitud el ritmo de carrera. Se necesita saber en qué punto kilométrico nos encontramos para estabilizar los tiempos, sobre todo las liebres que son la referencia para muchos runners. Un voluntario con una cartulina rotulada sería una sencilla y eficaz solución.


V. ILUMINACIÓN DE LA LLEGADA A META Y SEPARACIÓN DE CARRILES. No estoy al tanto del montante económico que supondría el alquiler de focos con grupo electrógeno (se suelen utilizar en rodajes cinematográficos), pero tal vez merecería la pena hacer el esfuerzo, pues el tramo de llegada a meta -que además está empedrado- pierde mucho de su épica por la oscuridad casi absoluta de la que adolece. Lo que sí parece más factible, es separar de forma clara la llegada de los corredores del medio maratón, pues se confunden con la entrada, a veces en grupo, de los participantes del 10K que rebasan la hora.


VI. PLANIFICACIÓN DE CARRERA Y ENTRENOS PRESENCIALES. Publicar en la web de la carrera planes de iniciación para preparar los 21K y organizar un par de entrenamientos en la ciudad, dirigidos por alguno de nuestros grandes atletas locales (con intención de mostrar conceptos de técnica de carrera y consejos imprescindibles para entrenar correctamente), pueden proporcionar un gran incentivo y dosis de motivación para aquellos que quieran enfrentarse por primera vez a la media maratón.
NOTA: ¡¡¡Go Fit Las Palmas colabora con la LPA NightRun y ofrecerá estos servicios!!!


VII. ENTREGA DE PREMIOS CON SORTEO. Alternar entrega de trofeos de la carrera con el sorteo de varios obsequios, sin duda puede conseguir que se alargue la fiesta en el Intercambiador de Santa Catalina y que los ganadores de la carrera reciban su merecida ovación por parte de un nutrido público. También sería una gran idea que existieran puestos de comida por los alrededores: a los participantes les gusta quedarse un rato con la familia y amigos, pero a esa hora y sin cenar…



VIII. PHOTOCALL. Realizar fotografías de los corredores al paso de un punto concreto del recorrido y colgarlas con posterioridad en la página web, sin duda proporcionaría un gran recuerdo visual a todos los participantes y un detallazo por parte de la organización.



IX. PREMIOS ECONÓMICOS. Siempre que sea posible y no provoque una descompensación en el tema de avituallamientos durante y post carrera, el ofrecer una dotación económica del 1º al 6º lugar de la clasificación de la media maratón, supondría aumentar la participación de grandes atletas, lo que se traduciría en un mayor espectáculo por la victoria final. También podría ser interesante una gratificación por establecer un nuevo record de la carrera.



X. OPTIMIZACIÓN DE RECURSOS. Estoy convencido de que la bolsa del corredor y la camiseta técnica Mizuno de la carrera volverán a satisfacer con creces a todos los participantes. Ningún pero en este tema, todo lo contrario. Pero sí nos gustaría que en lugar de fuegos artificiales, drones aéreos o padrinos traídos desde la península, se invirtieran esos recursos en todas las sugerencias anteriores. A veces menos es más.


¿Se convertirá la LPA NightRun en la mejor media maratón de asfalto de las Islas Canarias y en una prueba de referencia en el calendario nacional? Supongo que el 24 de octubre de 2015 cada corredor tendrá su propia respuesta tras alzar los brazos y  traspasar el arco de llegada. Si se mantiene la calidad de los últimos años y se hacen realidad el máximo número de sugerencias aportadas, no dudo de que disfrutaremos como niños chicos en esta carrera de película.